Cualquier problema dental, debe ser consultado por un profesional, ya que en muchas ocasiones, podemos prevenir que se conviertan en algo más grave.
Hay molestias que podemos considerar normales, cuando no lo son tanto o pueden ser el síntoma de alguna alteración importante.
- Sangrado de encías: Es algo que puede ser habitual, por lo que le restamos importancia, pensando que es algo normal. No lo es, la encía no tiene porque sangrar si lo hace, algo ocurre.
El problema más común suele ser, una enfermedad periodontal, debido a la acumulación de placa en la línea de las encías, hace que aparezcan infecciones (gingivitis) o inflamación.
Acudir al odontólogo, para que diagnostique e indique el tratamiento más adecuado.
- Sensibilidad dental: Si al tomar alimentos fríos o calientes, notamos una molestia aguda, podemos sufrir un trastorno de hipersensibilidad.
Un profesional, debe valorar por qué se produce y qué medidas tomar.
- Manchas dentales: Lo habitual es que las personas fumadoras y que consumen mucho café, tengan este tipo de manchas o de oscurecimiento dental.
Sin ningún tipo de prescripción facultativa, usan remedios caseros o dentífricos y tratamientos comerciales. En la mayoría de las ocasiones, no solo son un buen recurso, sino que empeoran, desgastando o alterando el esmalte.
En algunos casos puede deberse a un componente genético, a algún medicamento o afección que se sufra.
Solo un dentista lo puede solucionar, valorando el tratamiento más adecuado en cada caso.
- Halitosis: El mal aliento puede tener distintas causa, pero es muy persistente y necesita de tratamiento específico.
El tabaquismo, la mala higiene, la existencia de caries, problema estomacal… Son algunos de los factores más comunes. La lengua es la principal causante en muchos de los casos.
Es clave que se descubra el motivo y un profesional, decida el tratamiento.
- Dientes mal posicionados: Es frecuente que los dientes, no estén bien alineados y posicionados. Lo que más nos suele preocupar es la parte estética, pero puede ser un problema a otro nivel.
En este tipo de casos, debemos dejarnos asesorar, para un correcto tratamiento, ya que ningún caso es igual y el intrusismo es un grave problema.
Un odontólogo y ortodoncista deben garantizar el diagnóstico y tratamiento.
- Bruxismo: Es mucho más normal de lo que podemos pensar, se denomina así a apretar tanto la mandíbula que chirrían los dientes y llega a doler.
Es más frecuente sobre todo por las noches, mientras dormimos, se suele asociar al estrés.
El tratamiento suele ser una férula de descarga, así que siempre debe acudir al médico, para que realice la oportuna valoración.
- Caries: Quizá es lo que tenemos más claro, que debe ser atendido por un profesional, pero en la mayoría de veces, lo hacemos solo cuando nos duele.
La caries debe ser tratada desde que aparece, algo que se soluciona con la visita, periódicamente al odontólogo.
- Diente roto: Por golpes, desgaste o caries, hacen que nos falte algún trocito de diente, incluso que esté completamente roto.
No es algo que debamos dejar pasar, los dientes no regeneran, con lo cual solo un dentista puede reconstruir.
- LLagas: Otro de los problemas habituales, es que aparezcan se deben normalmente a bacterias, algún tipo de virus, hongos, carencia de alguna vitamina, reacción a un tratamiento etc.
Para tratarlas es imprescindible, acudir al médico.
Estas son algunas de las molestias más usuales, el autodiagnóstico y automedicación, no son recomendables en ninguno de los casos.
Los profesionales de la medicina odontológica, serán los encargados de solucionar cualquier problema.
