La célebre frase, “ Más vale prevenir que curar”, es la base sin duda de la higiene bucal.
Correr al dentista, cuando aparece la primera caries está bien, pero antes podíamos haberla prevenido.
Los buenos y malos hábitos se adquieren, en los primeros años de vida. Las cosas que aprendemos de pequeños, la mayoría de veces por repetición, van a ser indestructibles en nosotros.
La salud de nuestros dientes, depende en gran medida de cómo sea su cuidado, desde su aparición.
Higiene dental en niños
Desde que aparecen los primeros dientes, debemos enseñar a nuestros hijos unas pautas de cuidado.
La higiene es el fundamento de todo, tras cada comida, el niño debe lavarse los dientes. No 3 veces al día, eso sería el mínimo, debe hacerlo cuando coma y si además es dulce, con más motivo.
La pasta que se utilice debe ser infantil, ya que contiene menos fluor, que la de los adultos y un exceso, no es aconsejable.
El azúcar es el mejor amigo de las caries, no debemos ponérselo fácil, debemos intentar que sean pocas las “chuches” y si las comen, toca cepillado.
Los zumos envasados, llevan gran cantidad de azúcares, como los dulces industriales, podemos sustituir por zumos naturales o frutas y algún dulce casero.
Una manzana puede ser aliada, ya que además de las vitaminas y minerales que aporta, ayuda en la limpieza de los dientes.
Malos hábitos para los dientes infantiles
Hay cosas que se hacen a veces, sin pensar en el perjuicio, que puede suponer en un futuro.
En la mayoría de ocasiones, resulta algo tan habitual, que ni nos planteamos el problema que puede sobrevenir.
- Dejar que el niño se duerma con el biberón, normal ¿no?, Gran error.
Además de deformar la arcada de arriba, puede provocar las llamadas “caries del biberón”. El contenido suele ser azucarado y durante toda la noche se queda ahí, eso puede dar como resultado esas caries irrestrictivas, en la mayoría de los dientes.
- El niño se chupa el dedo, normal ¿no?, Gran error
La presión del dedo deforma, al igual que pasa con el biberón, la arcada de la boca, por la presión que ejerce sobre el paladar.
Cuando el hábito se acaba siendo muy pequeños, el propio crecimiento, puede subsanar el desperfecto causado. Si continúa chupando por más tiempo, más allá de los 4 años, tendrá todas las posibilidades, de tener que llevar una ortodoncia, para corregir.
- Abusar de la comida triturada
Cuando aparecen los primeros dientes, el niño debe fortalecer la musculatura de las mandíbulas, las encías y los propios dientes, para ello tiene que masticar.
Necesita ese entrenamiento de los músculos de la cara y la lengua, si tardamos en introducir los sólidos, estaremos cometiendo un gran error.
¿Cuándo llevarlos al dentista?
En cuanto el niño tiene los dientes, unos 3 años aproximadamente, debería tener una revisión anual.
A veces aparecen pequeñas caries, incluso en los dientes de leche, un pequeño empaste en ese momento, puede hacer que lo conserve más tiempo.
Los niños se dan pequeños golpes, se pueden astillar una pieza, eso debe valorarlo un dentista especializado.
Hay algo muy habitual, los niños rechinan los dientes, a veces por esto pueden sufrir un desgaste, también es conveniente que sea revisado.
Si observamos que no le encajan bien las mandíbulas, o si se queja de cualquier tipo de dolor, no lo minimicemos, que sea un odontólogo quien decida si es importante o no.
No hay nada mejor, que la sonrisa de un niño, si la cuidamos tendrá esa sonrisa de mayor.