Camino de la primavera, empezamos a pensar en la playa, tanto para hacer, dónde queremos viajar.
El cepillo dental eléctrico a priori, parece una buena opción, pero realmente ¿Lo es?.
¿Es mejor el cepillo eléctrico, que el cepillo manual?.
Una pregunta que nos hemos hecho, en varias ocasiones y cuya respuesta es: Sí, pero no siempre.
El cepillo eléctrico es capaz de eliminar, de forma más eficaz, la placa bacteriana. El mecanismo eléctrico nos asegura, una higiene bucal más completa, eso no significa que no podamos hacerlo bien, con uno manual.
La higiene diaria es más cómoda, porque el cepillo hace todo el trabajo, teniendo gran capacidad de rotación y adaptación a cada lugar.
Los avances en la tecnología, han dado como resultado unos cepillos, que ejercen la presión exacta sobre el diente. Esto nos da confianza, ya que no hay peligro de erosión, ni miedo a que el cepillado, pueda limar el esmalte.
Los detractores del cepillo eléctrico, suelen usar como punto de apoyo en su crítica, que estropea el esmalte dental. No es cierto, así que es un punto a favor.
Está demostrado que las personas, que usan este dispositivo, hacen un cepillado más prolongado, algo esencial para tener una higiene idónea.
Una vez más hay que tirar de lógica, cansa menos y nos produce una sensación muy agradable, sin esfuerzo. Algunos de los últimos modelos, llevan instalado un temporizador que marca 2 minutos, tiempo aconsejado para una limpieza perfecta.
El cepillo manual, tiene ventajas en situaciones determinadas, como cuando hemos sido sometidos a una intervención quirúrgica. En caso de llevar puntos y tener molestias o dolor, el uso indicado es el manual, ya que nosotros controlaremos el cepillado y la intensidad.
Para las personas que llevan ortodoncia, el cepillo manual es mucho más fiable, ya que puede evitar, que se desprenda algún alambre.
Los niños también pueden usar un cepillo eléctrico, aunque cuando son pequeños es aconsejable que comiencen a aprender, con uno manual. En el mercado, la oferta de manuales para los niños es amplio y adaptados al tamaño de sus dientes y manos.
Fidelizar en el ritual de la higiene es fundamental, desde que los dientes aparecen.
Una de las desventajas que tiene el eléctrico, contra el manual es sin duda el precio, mucho más elevado y con diferencia. Se puede apuntar que un cepillo manual, debe cambiarse cada 3 meses como mucho y que los cabezales del eléctrico son más duraderos, la reposición se hace según indique el fabricante.
Al final la decisión es de cada uno, lo esencial es que la higiene, sea cual sea la opción, la realicemos bien.
No podemos olvidarnos de la limpieza interdental, para eliminar resto de comida, si complementamos con hilo dental, varillas o cepillos, aseguraremos que no quede nada.
Tampoco podemos olvidar la limpieza de la lengua, quizá
en este caso el cepillo manual es más indicado, como mínimo cepillarla antes de ir a dormir.
Consultar todo con nuestro odontólogo, va a ser clave a la hora de acertar.
La salud de nuestra boca, pasa por la limpieza diaria.